AMANTES DEL CIBERSEXO

Entre la variada correspondencia que recibimos cada semana, destacan dos mails sobre un mismo tema: el Cibersexo. La diferencia entre ambos es que en uno nuestra amiga Claudia nos cuenta su primera y muy morbosa experiencia "cibersexual", dejando claro que no lo cambiaría por el sexo real, pero que sí le gustó y lo volvería a hacer de nuevo.

En el otro, nuestra nueva amiga Cindy describe las relaciones sexuales cibernéticas como el octavo pecado capital, y lo hace tan detallada y gráficamente que estuvimos a punto de salir corriendo al confesionario y si no lo hicimos es porque confesar a una de nosotras le llevaría más de un día al pobre padre, pero confesar a las tres es tarea de Superman, y hasta donde sabemos aún no se decide a tomar los votos.

Como cualquier fenómeno relacionado con el sexo y la sexualidad humana, el cibersexo no es un tema que pueda ser analizado unilateralmente. Sus múltiples aristas exigen un enfoque segmentado y diferenciado, según la manifestación de que se trate.

Si por Cibersexo entendemos a las parejas que se encuentran lejos y aprovechan las bondades del Internet (y el hecho de que ya casi todas las Laptops tienen cámara incorporada) para mantener viva la llama del amor y el deseo sin importar el tiempo y la distancia... pues bienvenido sea (que buenas venidas provoca). Si nos referimos al señor o la señora que ocultos en el anonimato de la red deciden poner algo de tecnología al milenario acto de "hacerse justicia por su propia mano", mientras ayudan a otros que están en la misma situación, ¿pues por qué criticarles? Dejemos que sean felices. Si duermen contentos, al día siguiente amanecerán mejores personas y harán mejor su trabajo o sus deberes sociales.

Si mezclamos con el Cibersexo la pornografía infantil, la corrupción de menores, o el engaño y el timo en cualquiera de sus formas, entonces es detestable, pero no el Cibersexo en sí mismo, sino la práctica de ese tipo de aberraciones, que por cierto, existían mucho antes del Internet y las computadoras. Indudablemente, la tecnología facilita la labor de los infames de este mundo..., pero los aviones son el mejor caldo de cultivo para los terrorristas, y aún no hemos visto a nadie acusar a los aviones. O dejar de usarlos.

Entonces que cada cual haga su elección... Y sobre todo no digamos "de esta agua no beberé" pues uno nunca sabe cuando echemos mano de la compu... Una de nosotras que es cubana contaba a las otras dos de una canción que se puso de moda en Cuba cuando el auge de la inseminación artificial y cuyo estribillo decía: "La vaquita Pijirigua, quiere seguir a la antigua". Pues nosotras estamos en la misma: preferimos el contacto físico, el sexo real al virtual, pero no estaría mal darle una probadita al Cibersexo... ¿alguien se anima? (es broma, recuerde que las tres estamos feliz y mogámicamente casadas).

Con mucho cariño,

Lastres Gracias

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