Erotismo o Pornografía: Definamos la Posición

Vivimos en un mundo de definiciones. Nos desenvolvemos en un mundo de definiciones... por lo que tarde o temprano tenemos que tomar partido, dejar claro al mundo cuál es nuestra línea, cavar trincheras y asumir posibles consecuencias. Muchos de los email privados que recibimos sugieren que ese momento ha llegado también para nosotras.

Pues bien, ahí les va diáfana y contundente nuestra posición (o mejor dicho nuestro punto de vista, pues la palabra "posición" puede sugerirles algunas variables "kamasutreanas" que están muy lejos de nuestro ánimo en estos momentos).

No tenemos nada en contra de la Pornografía. Es más, creemos que dentro de ciertos límites, cumple una importante función social (al punto que hemos llegado a recetarla para el tratamiento de ciertas disfuncionalidades de pareja). Sin embargo, nuestro sitio web no incluye ni tolera imágenes, comentarios, videos u ofertas de corte pornográfico, por la sencilla razón que no es el formato que queremos imprimir a este espacio.

Sin embargo, no podemos evitar el Erotismo (a veces incluso pasadito de rosca) que acompaña nuestras disertaciones. No puede hablarse de penes, vaginas y encuentros sexuales sin tomar en cuenta y desarrollar el componente erótico. 

La gran diferencia entre ambos conceptos está simplemente en el nivel de crudeza con que son abordados ciertos temas. También en la manera en la que se asumen los sentimientos humanos, donde el erotismo apela a ciertos recónditos lugares del intelecto, mientras la pornografía explota más directamente los sentidos del oído, la visión y el tacto.

No aceptamos que la Pornografía sea sólo puro sexo, lujuria y excitación..., pues puede incluso llegar a ser instructiva y gratificante, cuando se maneja con elegancia y profesionalismo. Sin embargo, el Erotismo no deja de ser sexo puro y salvaje, pero se presenta en dimensiones más "culturizadas", más socialmente aceptadas y como parte de un proceso cultural que va más allá del simple contacto físico entre personas de diferentes o mismo sexo.

Entonces, estimadas lectoras y lectores, somos un concepto virtual con alto nivel de erotismo sustentado por dos pilares básicos: la sensualidad tradicional latina y la picaresca singular que se extiende al sur del río Bravo. Disfrutémoslo sin vulgaridades, sin pornografía y sin retóricas vacías que no construyen caminos ni  encuentran luz al final de ciertos túneles (incluyendo aquellos que estas tres autoras y miles de lectoras tenemos o portamos al sur de varios lugares de nuestra portentosa anatomía).