La Pornografía y las Mujeres

Durante años se creyó que la pornografía era un género de consumo casi exclusivamente masculino. La era del Internet y las comunicaciones electrónicas demuestran cuán equivocadas eran estas percepciones. Recientes estudios demuestran que el 33% de los consumidores de pornografía (en sus múltiples manifestaciones) son mujeres, y el número crece cada vez más.

Claro, si a muchos hombres les da pena confesar que disfutan de las manifestaciones porno (creadas en un inicio fundamentalmente pensando en ellos), pues en el caso de las mujeres es aún más difícil lograr esta confesión, ante todo por barreras sociales difíciles de derrumbar, por oscuros puritanismos, por falsos moralismos o como consecuencia de una educación religiosa que incita a venerar santos semidesnudos, mientras exige mantener tapada la mayor riqueza que Dios nos dió.

Entre las mujeres que llegan a nuestra consulta, muchas declaran sentirse atraídas por la pornografía y algunas nos confiesan haberla consumido por Internet cuando están solas en casa, pero nos cuentan que luego se sienten "sucias" y enfrentan un sentimiento de culpa por "haber hecho algo malo". A todas les decimos lo mismo: con la pornografía pasa como con casi todo en este mundo: en exceso y fuera de marcos apropiados puede ser algo muy perjudicial y socialmente aborrecible, sobre todo cuando involucra a menores de edad o se hace contra la voluntad explícita y consciente de los participantes.

...Pero en los marcos apropiados (término al cual seguramente tenemos que dedicar uno o varios atículos) el porno puede llenar ciertas fantasías y suplir determinadas carencias individuales, o contribuir a una vida de pareja más rica y creativa.  Estemos de acuerdo o no, el porno ya ha salido del closet y cada vez son más los hombres y mujeres que reconocen disfrutarlo, tanto solos como en pareja. 

Un experimento llevado a cabo por la Universidad McGill en los Estados unidos mostró como al mirar una película porno la temperatura genital se elevaba de la misma forma en los hombres que en las mujeres. La única diferencia estuvo en que los hombres llegaban al máximo de excitación en 11 minutos y las mujeres en 12.

Con esto se derrumbó el mito de que las mujeres solo disfrutan las fantasías románticas y no las imágenes puras y duras del acto sexual en directo. Erika Lust, autora del libro "Porno Para Mujeres: Una Guía Femenina Para Entender y Aprender a Disfrutar del Cine XXX" pide abiertamente a las mujeres que no le den de lado al porno. Según ella: "El porno no es sólo porno, es un discurso, una manera de hablar sobre sexo". (Excelente libro, por cierto, que puedes adquirir haciendo click en la imagen de abajo).

Tal y como dejamos claro en nuestro libro, ¡Viva la Democracia en el Sexo! Quien no necesite del porno, que no lo consuma. A quien no le guste, que se mantenga alejada, pero la que quiera disfrutarlo en solitario, pues que le aproveche, y la que tenga la suerte de tener una pareja con mente abierta  y ganas de compartir una de esas peliculillas, pues que la disfuten por partida doble... sólo recuerden el principal consejo que les regalamos en "Cañones Largos - Creyones Cortos" cuando salgan a escena los superdotados actores porno...